jueves, 24 de septiembre de 2009

Socio 20.141

Recién estrenado mi carnet de socio blanquivioleta me siento en las gradas junto a mis sobrinos -madridistas_pucelanos- para ver el partido ante Osasuna. En lo que llega el fútbol Pandiani hace el primero, ve al portero adelantado, le lanza un zambombazo y el portero y la pelota a la red. 0-1. Otra vez Pandiani, se va de tres, y cuando corre hacia la portería -está a 40 metros- le derriban. Roja directa. A explicarles a mis sobrinos que hay palabras que los niños no deben pronuciar. Osasuna a tocarla y perder el tiempo, el Pucela a verlas venir.
Segundo tiempo. Ha entrado Diego Costa por no se quién y hace una jugada de fútbol y claro, gol y empate. ¡Bien! ¡Podemos remontar! Si, claro. Osasuna lanza una falta a la olla, Nivaldo (defensa Angoleño del Real Valladolid) la peina para atrás, el central Arzo no la ve y Galán se queda sólo delante del portero y marca. 1-2. Todo parecía acabado pero todavía faltaba la expulsión de Arzo. Y ante 8 jugadores de campo a Osasuna le entra el miedo y se pone a perder tiempo. La gente abandona las gradas riéndose del Atlético al que acaba de empatar el Almería. Mis sobrinos se van contentos, El Madrid ha ganado.

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